miércoles, 24 de marzo de 2010

It (Eso) (fragmento)

Cualesquiera fuesen los motivos, al terminar aquella primera reunión como grupo completo, en julio de aquel año, la reunión en la que Bill se había hecho cargo de un modo total, sin esfuerzos, ella estaba locamente enamorada de él. Decir que era un deslumbramiento de colegiala era como definir el Rolls-Royce diciendo que era un vehículo de cuatro ruedas. Ella no reía como una tonta ni se ruborizaba al verlo; tampoco escribía su nombre con tiza en los árboles o en las paredes del Puente de los Besos. Simplemente, vivía con su cara en el corazón, constantemente, con una especie de dolor dulce, perenne. Hubiera muerto por él.

Stephen King

viernes, 12 de marzo de 2010

La enamorada

esta lúgubre manía de vivir
esta recóndita humorada de vivir
te arrastra alejandra no lo niegues.

hoy te miraste en el espejo
y te fue triste estabas sola
la luz rugía el aire cantaba
pero tu amado no volvió

enviarás mensajes sonreirás
tremolarás tus manos
así volverá tu amado tan amado

oyes la demente sirena que lo robó
el barco con barbas de espuma
donde murieron las risas
recuerdas el último abrazo
oh nada de angustias
ríe en el pañuelo llora a carcajadas
pero cierra las puertas de tu rostro
para que no digan luego
que aquella mujer enamorada fuiste tú

te remuerden los días
te culpan las noches
te duele la vida tanto tanto
desesperada ¿adónde vas?
desesperada ¡nada más!

Alejandra Pizarnik,
en "La última inocencia"

martes, 2 de marzo de 2010

Dormir al sol (fragmento)

.
.
...
-Tiene que elegir.

... -No entiendo -le aseguré.
... -Por una vez lo justifico -respondió amablemente.
... De nuevo se tapó la cara con las manos y guardó un silencio tan largo que me impacienté. Pregunté:
... -¿Por qué, doctor?
... -¿Recuerda lo que decía Descartes? ¿No? Cómo se va a acordar si nunca lo ha leído. Descartes pensaba que el alma estaba en una glándula del cerebro.
... Dijo un nombre que sonó como pineral o mineral. Pregunté:
... -¿El alma de mi señora?
... Puso tanto fastidio en su respuesta, que me desorientó.
... -El alma de cualquiera, mi buen señor. La suya, la mía.
... -¿Cómo se llama la glándula?
... -Olvídela, porque no importa y ni siquiera tiene la función que le atribuyeron.
... -Entonces, ¿para qué la menciona?
... -Descartes no se equivocó en lo principal. El alma está en el cerebro y podemos aislarla.
... -¿Cómo lo sabe?
... Contestó simplemente:
... -Porque la hemos aislado.
... -¿Quiénes?
... -Eso tampoco importa. Lo esencial es que logramos aislar el alma, sacarla si está enferma, curarla fuera del cuerpo.
... Como si me interesara la explicación, pregunté:
... -Mientras tanto, con el cuerpo, ¿qué pasa?
... -Desprovisto de alma, no sufre desgaste, se repone. Apostaría que su señora no volverá a tener esos herpes de labios, que tanto la molestaron.
... "No" pensé. "No puede ser". Pregunté:
... -No me diga que le sacaron el alma a mi señora.
... -Lo que nos movió a intentar el experimento fue la absoluta falta de esperanzas de curarla por la terapéutica habitual.


(Adolfo Bioy Casares :Dormir al sol, 1975)