miércoles, 4 de septiembre de 2013

T.O.C.

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... La primera vez que la vi...
todo en mi cabeza se silenció,
todos los ticks, las imágenes constantes desaparecieron.
Cuando tienes Trastorno Obsesivo-Compulsivo en realidad no tienes momentos callados.
Inclusive en la cama estoy pensando:
¿Cerré las puertas? Sí.
¿Me lavé las manos? Sí.
¿Cerré las puertas? Sí.
¿Me lavé las manos? Sí.
Pero cuando la vi, la única cosa en la que pude pensar fue en la curva de la horquilla de sus labios.
O la pestaña en su mejilla-
la pestaña en su mejilla-
la pestaña en su mejilla.
Sabía que debía hablar con ella.
La invité a salir seis veces en treinta segundos.
Ella dijo que sí después de la tercera,
pero ninguna de las veces que pregunté se sintió bien así que tenía que seguir haciéndolo.
En nuestra cita
pasé más tiempo organizando mi comida por colores de lo que pasé comiéndola o hablando con ella.
Pero le encantó.
Le encantaba que tuviera que besarla para despedirme dieciséis veces,
o veinticuatro si era miércoles.
Le encantaba que me tomaba mucho tiempo caminar hacia casa porque había muchas grietas en el sendero.
Cuando nos mudamos juntos ella dijo que se sentía segura,
como si nadie nos fuera a robar porque definitivamente había cerrado la puerta dieciocho veces.
Yo siempre veía su boca cuando hablaba-
cuando hablaba-
cuando hablaba-
cuando hablaba-
cuando hablaba;
cuando me dijo que me amaba, su boca se curvaba hacia arriba en los bordes.
En la noche ella se acostaba en la cama y me veía apagar todas las luces, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas y apagarlas.
Ella cerraba los ojos y se imaginaba que los días y las noches
pasaban frente a ella.
Algunas mañanas empezaba a besarla para despedirme y ella sólo se iba porque estaba haciéndola llegar tarde al trabajo.
Cuando me detenía en las grietas del sendero ella seguía caminando.
Cuando me decía que me amaba su boca era una línea recta.
Me dijo que estaba tomando mucho de su tiempo.
La semana pasada empezó a dormir en casa de su madre.
Me dijo que nunca debió dejarme apegarme tanto a ella;
que todo fue un error.
Pero... ¿Cómo podía ser un error que no tuviera que lavarme las manos después de tocarla?
El amor no es un error y me está matando que ella pueda salirse de esto y yo no.
No puedo-
no puedo salir y encontrar a alguien nuevo porque siempre pienso en ella.
Usualmente, cuando me obsesiono con algo, veo gérmenes escabulléndose en mi piel.
Me veo a mí mismo siendo atropellado por una infinita línea de coches.
Y ella fue la primera cosa hermosa en la que alguna vez me he estancado.
Quiero despertar todas las mañanas pensando en la manera en la que agarra el volante.
Cómo mueve las manijas de la ducha como si estuviera abriendo una caja fuerte.
En cómo sopla las velas-
cómo sopla las velas-
cómo sopla las velas-
cómo sopla las velas-
cómo sopla...
Ahora sólo pienso en quién más está besándola.
No puedo respirar porque él sólo la besa una vez-¡No le importa si es perfecto!
La quiero de regreso tanto que...
Dejo la puerta sin cerrar.
Dejo las luces prendidas.

Neil Hilborn