miércoles, 13 de marzo de 2013

Examen

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... Nunca pensé encontrarme con semejante panorama cuando abrí la puerta. Al fin y al cabo, se trataba de la casa de una jovencita soltera, tímida, apocada -según declaraciones de los vecinos-.
... La cabeza me daba vueltas. La sala de estar estaba toda revuelta, con los muebles estilo Rococó rotos, y las cortinas arrancadas. Las paredes estaban llenas de sangre.
... -Y esto no es nada -me dijo el cabo-.
... -¿Hay más todavía? -pregunté, azorado-.
... -¡Y cuánto! Deberías ver el dormitorio.
... Sin apuro, como previendo la situación, abrí la puerta y entré.

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