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... Lloraba tu violín cuando soñaba
en la noche dormida y misteriosa...
... Yo veía morir la última rosa
que me dejara la mujer que amaba...!
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... Venías de las viejas latitudes
arrastrando tus cánticos extraños;
y pensé en las angustias que a tus años
te llenaban de raras inquietudes...
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... Tu música gemía en las canciones
del pálido Toselli en la alta noche;
y vi cómo pasaban en su coche
mis últimas y muertas ilusiones!...
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... Tenías, como yo, la gran tristeza
de saber que un camino nos espera
en la senda sin sol, que cuando muera
forjará otra ilusión en la cabeza!...
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... En el viejo violín que fue tu hermano
siempre lloran las horas más lejanas...
... No tendrás, como yo, dulces mañanas;
pues la vida fue sólo un sueño vano!...
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... Cuando lleguen al bar donde morías
abrazado al violín de tus amores
otras gentes, que no amarán las flores,
cantarán sin saber que tú sufrías.
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... Es por eso que quiero recordarte
con este verso solitario y frío.
... El dolor de tu vida ha sido el mío;
y bajo el cielo gris quiero abrazarte!...
Eduardo Moreno: Noche de luna bohemia, 1957.
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