Y todo mi cuerpo te llama, pero tengo miedo, vergüenza... Miles de inseguridades me azotan y me sumerjo en mí, pero es imposible; imposible porque aunque quiera estar sola, ya no puedo.
Quiero verte, escuchar tu voz (siempre, siempre, desde el primer día me ha gustado tu voz) pero está ese miedo azotándome y no sé qué hacer, ni qué decir, ni cómo hacer.
Y muero, agonizo de ganas de verte y decirte que sí, que tengo miedo y vergüenza y mil cosas que no puedo definir pero que sí, que sí...
(Tengo bestiales ganas de decirte que sí)
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