.
.
... Salió rápido de su departamento, y casi chocó contra la muchacha
... -¡Uy! Disculpe, no la vi.
... -No se preocupe -dijo con desdén-, me pasa siempre.
... Él se quedó observándola un instante.
... -Tampoco la había visto antes, ¿vive aquí?
... -Sí.
... -¿Hace mucho?
... -Bastante -quedó pensativa un rato-. Creo que nunca viví en otro edificio.
... -Qué extraño -dijo-, debería haberla cruzado en algún momento... Yo vivo aquí -señaló su departamento, el número trece- desde hace un par de meses, y la verdad es que no...
... -Salgo poco, tal vez por eso no...
... -Ah, debe ser por eso -su voz no sonaba muy convencida-. Yo casi nunca estoy.
... Ella lo miró, un poco incómoda por estar allí, y le dijo:
... -¿Tiene que irse? -no le gustó cómo sonó eso, y añadió enseguida:- Lo vi muy apurado, y ahora aquí, hablando tan tranquilo...
... -Sí -dudó-. No. Bueno, tal vez pueda ayudarme.
... -¡Con gusto! -su rostro se iluminó por un instante-. Hace tanto que no ayudo a nadie... Dígame.
... -Creo que me persiguen...
... -¿Quién?
... -No lo sé.
... -¿Y cómo sabe que lo persiguen? -inquirió.
... -Porque hice algo... -iba a hablar, pero se contuvo-. No, no puedo contárselo, podría ser peligroso. Pero debo salir de aquí.
... -Creo -pensó por unos segundos-, creo que puedo ayudarlo... Sí, ya sé: venga por aquí.
... -¿Por dónde?
... -Por este pasillo -le dijo mientras caminaban por él-, al fondo hay una escalera. Allí hay una puerta, en el descanso, que conecta por medio de un pasaje con el edificio contiguo.
... -No lo recuerdo...
... -Tal vez nunca lo vio -sentenció.
... -Puede ser, estoy tan poco en este edificio...
... Llegaron al final del corredor. Ella lo miró y, señalando la puerta, dijo:
... -Aquí está, ¿ve?
... Él abrió y entró. Ella lo siguió.
... -Sí, pero la escalera está clausurada.
... -No puede ser -dijo ella, incrédula.
... -Pues sí, mírelo usted misma.
... -Qué extraño -dijo perpleja, como hablando consigo misma-, antes estaba aquí.
... -Tal vez remodelaron el edificio -aventuró él.
... -Puede ser, pero es raro que no me haya enterado...
... -¿Hace mucho que no usa este pasaje?
... -Tal vez... No lo sé, no tengo buena memoria desde que...
... -Esto aparenta haber estado así por bastante tiempo.
... -Es cierto. Hasta la puerta es diferente, ahora lo veo. Antes era...
... -¿Era cómo?
... -¡Qué extraño! -dijo la muchacha, avanzando cautelosamente-. ¡Qué puerta más pesada! -la tocó al hablar y se cerró de pronto, con un golpe.
... -¡Dios mío! -dijo el hombre-. Me parece que no tiene picaporte del lado de adentro. ¡Cómo nos han encerrado a los dos!
... -A los dos no. A uno solo -dijo la muchacha.
... Pasó a través de la puerta y desapareció.
.
... Salió rápido de su departamento, y casi chocó contra la muchacha
... -¡Uy! Disculpe, no la vi.
... -No se preocupe -dijo con desdén-, me pasa siempre.
... Él se quedó observándola un instante.
... -Tampoco la había visto antes, ¿vive aquí?
... -Sí.
... -¿Hace mucho?
... -Bastante -quedó pensativa un rato-. Creo que nunca viví en otro edificio.
... -Qué extraño -dijo-, debería haberla cruzado en algún momento... Yo vivo aquí -señaló su departamento, el número trece- desde hace un par de meses, y la verdad es que no...
... -Salgo poco, tal vez por eso no...
... -Ah, debe ser por eso -su voz no sonaba muy convencida-. Yo casi nunca estoy.
... Ella lo miró, un poco incómoda por estar allí, y le dijo:
... -¿Tiene que irse? -no le gustó cómo sonó eso, y añadió enseguida:- Lo vi muy apurado, y ahora aquí, hablando tan tranquilo...
... -Sí -dudó-. No. Bueno, tal vez pueda ayudarme.
... -¡Con gusto! -su rostro se iluminó por un instante-. Hace tanto que no ayudo a nadie... Dígame.
... -Creo que me persiguen...
... -¿Quién?
... -No lo sé.
... -¿Y cómo sabe que lo persiguen? -inquirió.
... -Porque hice algo... -iba a hablar, pero se contuvo-. No, no puedo contárselo, podría ser peligroso. Pero debo salir de aquí.
... -Creo -pensó por unos segundos-, creo que puedo ayudarlo... Sí, ya sé: venga por aquí.
... -¿Por dónde?
... -Por este pasillo -le dijo mientras caminaban por él-, al fondo hay una escalera. Allí hay una puerta, en el descanso, que conecta por medio de un pasaje con el edificio contiguo.
... -No lo recuerdo...
... -Tal vez nunca lo vio -sentenció.
... -Puede ser, estoy tan poco en este edificio...
... Llegaron al final del corredor. Ella lo miró y, señalando la puerta, dijo:
... -Aquí está, ¿ve?
... Él abrió y entró. Ella lo siguió.
... -Sí, pero la escalera está clausurada.
... -No puede ser -dijo ella, incrédula.
... -Pues sí, mírelo usted misma.
... -Qué extraño -dijo perpleja, como hablando consigo misma-, antes estaba aquí.
... -Tal vez remodelaron el edificio -aventuró él.
... -Puede ser, pero es raro que no me haya enterado...
... -¿Hace mucho que no usa este pasaje?
... -Tal vez... No lo sé, no tengo buena memoria desde que...
... -Esto aparenta haber estado así por bastante tiempo.
... -Es cierto. Hasta la puerta es diferente, ahora lo veo. Antes era...
... -¿Era cómo?
... -¡Qué extraño! -dijo la muchacha, avanzando cautelosamente-. ¡Qué puerta más pesada! -la tocó al hablar y se cerró de pronto, con un golpe.
... -¡Dios mío! -dijo el hombre-. Me parece que no tiene picaporte del lado de adentro. ¡Cómo nos han encerrado a los dos!
... -A los dos no. A uno solo -dijo la muchacha.
... Pasó a través de la puerta y desapareció.
(Este cuento fue el resultado de una consigna de escritura, utilizando
el "Final para un cuento fantástico" de la Antología del Cuento Fantástico,
de Borges, Bioy Casares y Silvina Ocampo, 1965)
el "Final para un cuento fantástico" de la Antología del Cuento Fantástico,
de Borges, Bioy Casares y Silvina Ocampo, 1965)
No hay comentarios:
Publicar un comentario