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............. Yo que sostuve la agitada trama
....... del verso escrito al borde del abismo,
....... siempre volví la espalda al cataclismo.
....... Yo soy la que no está. La que no te ama.
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............. Yo que alumbré con pertinaz ausencia
....... tu visión de poeta endemoniado
....... respondí a cada agónico llamado
....... con la misma estelar indiferencia.
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............. Soy Hidra que venció, fiera salvaje
....... que al héroe despedaza y atormenta
....... pero recibe a cambio un beso tierno.
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............. Te pregunto: ¿No es cruel el homenaje?
....... ¿No esconde acaso la mayor afrenta?
....... Muchas puertas, mi amor, dan al Infierno.
(Alejandro Dolina: El libro del Fantasma, 1999)
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