No digas que tienes hambre, porque te servirán tus dedos cortados.
No digas que tienes sueño, porque te coserán los párpados.
No digas que amas a alguien, porque te traerán su corazon putrefacto.
No digas que quieres al mundo, porque multiplicarán los incendios.
No digas que buscas a Dios, porque te llenarán de brasas la boca.
No digas que está bello el rocío que dulcemente cubre los campos, porque en cada gota celeste inocularán pestilencia.
William Ospina
De Poesía 1974-2004. Ed Revista Número, Bogotá, 2005.
eso me suena a mi y pablo
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