miércoles, 4 de noviembre de 2009

Irrealidad

Cada día me hundo en la inconsciencia para poder encontrarte nuevamente y allí estás, como cada noche, aguardando mi llegada.
Puedo sumergirme en el fin de las tragedias con vos y expiar todos mis pecados. Deslizar lágrimas audaces y consolarme con tus dulces ojos. Sentir la tibieza de tu piel y reconfortarme con tu deliciosa respiración. Deleitarme con el infantil sonido de tu risa y probar tus peturbadores besos.
Desearía poder curarme de tu presencia nocturna y eliminar la necesidad de encontrarte pero me arrancaste del vacío por el que me arrastraba y me mostraste una nueva realidad.
No quiero acostumbrarme a tu apacible mirada porque sé que no sos real. Esos impactantes ojos verdes no pueden ser reales...

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