(...)
Sin embargo, el día va pasando; el cansancio y el agotamiento le procuran el sueño. Dormía bastante apaciblemente, cuando el reloj de un convento cercano le despierta, al dar la hora. Un secreto horror se apodera de él, se le erizan los cabellos, se le hiela la sangre. La puerta se abre con violencia; bajo el resplandor de una lámpara que está sobre la chimenea, ve avanzar a alguien: es la monja sangrienta. El espectro se acerca, lo mira fijamente y se sienta en la cama durante toda una hora. El reloj da las dos. El fantasma entonces se levanta, agarra la mano de Raymond con sus dedos helados y le dice: -Raymond, yo soy tuya; y tú eres mío para toda la vida. - Salió enseguida y la puerta se cerró tras ella.
Charles Nodier
(1780-1844)
Escritor francés.
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