viernes, 30 de octubre de 2009

Desesperación

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Todo se aceleraba. El vértigo crecía. El temor de quedar inmersa en esa marea frenética la inundaba. Gente por todos lados. Autos. Cemento. Vidrio. No había nada natural en las cercanías. La contaminación visual la abrumaba.

... Se resistió, pero igual la velocidad la atrapó y la arrastró consigo.

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