.
... ¡Entrad a aqueste libro, como a sonora ruta
poblada del misterio que da la soledad;
y sin temer la garra, ni la pupila astuta,
siguiendo el Alma mía, a aqueste libro entrad!
.
.
... Con mano leal y dulce, o torpe, ruin y bruta,
romped la muda sombra de su virginidad:
pues yo mi Verso rindo, cual una prostituta
su bello cuerpo rinde hasta la eternidad...
.
.
... Para las almas viles, sería este libro el pasto
que en una vasta feria y en un pesebre vasto
les turbaría los ojos, el vientre y el testuz.
.
.
... Pero quien de mi Espíritu comprenda lo nefasto,
ungido por lo bello, lo impúdico y lo casto,
viviendo mis pasiones, adorará mi Cruz.
(Claudio de Alas: El Cansancio de Claudio de Alas)
No hay comentarios:
Publicar un comentario