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... Admito que he disparado seis balas a la cabeza de mi mejor amigo. Ahora bien, pese a esta confesión, me propongo demostrar que no puede considerárseme un asesino. Muchos dirán que estoy loco, tal vez bastante más loco que el hombre a quien di muerte en una de las celdas del manicomio de Arkham. Confío en que mis lectores juzguen los elementos que iré relatando, los contraponga con las evidencias conocidas y lleguen a preguntarse si alguien podría haber tenido una conducta distinta a la mía frente a un horror como el que debí experimentar ante aquel ser en el umbral.
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... Admito que he disparado seis balas a la cabeza de mi mejor amigo. Ahora bien, pese a esta confesión, me propongo demostrar que no puede considerárseme un asesino. Muchos dirán que estoy loco, tal vez bastante más loco que el hombre a quien di muerte en una de las celdas del manicomio de Arkham. Confío en que mis lectores juzguen los elementos que iré relatando, los contraponga con las evidencias conocidas y lleguen a preguntarse si alguien podría haber tenido una conducta distinta a la mía frente a un horror como el que debí experimentar ante aquel ser en el umbral.
(Howard Phillip Lovecraft: The Thing on the Doorstep, 1933)
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