Una niña con un burro de mascota caminaba por la vereda de un tranquilo barrio con casas bajas. Cruza la calle y su burro es atropellado por una camioneta blanca.
La niña grita:
-¡Me atropellaste el burro!
El conductor se baja de la camioneta y se acerca al burro herido que se encuentra tumbado en la calle.
La niña no puede creer la indiferencia del conductor y exige:
-Ahora me llevas el burro al hospital. ¡Pobre! Creo que tiene una pata quebrada... ¡Y está sangrando por el costado!
El conductor refunfuña y abre la parte de atrás de su camioneta. Allí se encuentra durmiendo un hombre con una barba poderosa.
La niña se queja.
-¿Podrías correrte de ahí, por favor? Necesito subir a mi burro herido.
El barbudo parece no escuchar, la mira de reojo, hace una mueca y no se mueve ni un centímetro.
La niña se ve obligada a levantar a su burro y ubicarlo por detrás del hombre de la barba.
El conductor con un gesto, le pide que se suba a la camioneta junto a él.
La niña cierra las puertas de atrás de la camioneta, no sin antes dedicarle una sonrisa a su burro atropellado.
El burro la observa irse y se incorpora rápidamente pero con dificultad y le grita:
- Vos estás loca si pensás que voy a quedarme acostado acá atrás.
La niña regresa corriendo:
-Pero, Benito estás herido. Ahora te vamos a llevar a un veterinario. Yo tengo que ir adelante con el conductor.
- No, no. Yo me bajo y nos vamos a casa.
Las heridas del burro no eran tan graves al parecer; y la niña se fue con su burro rengo...
que buen escrito, me siento orgulloso de haber escuchado la version mas bizarra de esto..muy bueno
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