sábado, 8 de agosto de 2009

Fantástica fiesta

Una joven caminaba tranquilamente, tarareando una canción, por el pasillo de un gran palacio.
En otra habitación dos mujeres rubias charlaban a borbotones. Perlas, vestidos negros y esa conversación incesante...
La joven empezaba a cansarse de escucharlas.
Además Rafaela Carrá se encontraba cantando acerca de una fantástica fiesta.
Las dos rubias y Rafaela Carrá estaban taladrándole los oídos a la joven de vestido rojo y piel pálida.
Siguió caminando hasta llegar a la gran cocina que derramaba un intenso aroma a café. Al parecer, el café era lo que había alterado a las rubias... ¿Es qué esas mujeres no se iban a callar nunca?
La joven toma un cuchillo y comienza a juguetear con él. Lo blande hacia una inocente manzana y escucha una carcajada.
Ahora no sólo molestaban con su cotorreo sino también con sus carcajadas... ¡Perfecto!
La joven come un pedazo de manzana sin soltar el cuchillo y mientras mastica, comienza a tararear nuevamente. Sale de la cocina y se dirige hacia donde se encuentran ahora las dos rubias. Ellas siguen ahí en total ignorancia de lo que las rodea.
Con una serenidad horrorosa acuchilla a una de las rubias que por fin deja de hablar. La otra blonda intenta gritar pero la voz no la acompaña.
La joven del vestido rojo se mantiene imperturbable y hunde el cuchillo en el pecho de la segunda conversadora.
La sangre de las rubias se mezcla con el vestido de la asesina.
Con los ojos fijos clava el cuchillo una y otra vez en ambos cuerpos. ¡Por fin cerraron la boca!
A la única que no pudo callar fue a Rafaela Carrá que seguía cantando sobre su fantástica fiesta...

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