viernes, 30 de diciembre de 2011

New Year's Day

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All is quiet on New Year's Day.
A world in white gets underway.
I want to be with you, be with you night and day.
Nothing changes on New Year's Day.
On New Year's Day.
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I... will be with you again.
I... will be with you again.
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Under a blood-red sky
A crowd has gathered in black and white
Arms entwined, the chosen few
The newspaper says, says
Say it's true, it's true...
And we can break through
Though torn in two
We can be one.
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I... I will begin again
I... I will begin again.
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Oh, oh. Oh, oh. Oh, oh.
Oh, maybe the time is right.
Oh, maybe tonight.
I will be with you again.
I will be with you again.
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And so we are told this is the golden age
And gold is the reason for the wars we wage
Though I want to be with you
Be with you night and day
Nothing changes
On New Year's Day
On New Year's Day
On New Year's Day

(U2: New Year's Day, War, 1983)

viernes, 23 de diciembre de 2011

Capricornio

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... Y bueno, qué se le va a hacer. Esto ya no da para más, así que me voy mientras pueda, antes de que el techo que supimos elevar se nos venga encima y sucumbamos todos ante la ineptitud de unos pocos.
... De todas formas no se preocupen, que nos volveremos a encontrar dentro de poco. Tengo varias ofertas de trabajo, y muy tentadoras todas ellas, para continuar mi labor horoscopal en otros medios, e incluso de publicar mi propio libro (tiemblan Horangel y Ludovica, jajaja), así que seguiré mi camino de la mejor manera posible.
... Y para terminar este ciclo aquí, hoy les ofrezco un gran signo, Capricornio, décimo en la rueda zodiacal.
... Estas personas se caracterizan por la solidez moral, la autodisciplina y la gran fuente de iniciativa que poseen, lo que hace que recorran su camino con seguridad y aplomo, manteniendo la vista fija en la meta a alcanzar.
... Al ser un signo de tierra, los capricornianos son personas prácticas y precavidas, como así también pacientes, orientadas a las profesiones y vocaciones propias. Es un gran signo para ser un asesino a sueldo.
... OCUPACIONES Y NEGOCIOS: Peligro en puerta. Usted sabía que en algún momento iba a pasarle, que alguien le iba a disparar, y ese momento está cada vez más cerca. Cuídese; nadie le mandó que se metiera a trabajar de Dinosaurio Barney en la puerta del Abasto.
... AMOR: ¿Usted piensa que alguien podría amar a un pelotudo disfrazado de Barney?
... SALUD: No me haga reír...
... SORPRESA: Descubre que en su jardín creció una planta carnívora. También desapareció su gato.
... METAL: Silicio (con "S", no "C", no se torture).
... PIEDRA: Granizo.
... COLOR: Da lo mismo.*
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. *¡Y eso es to-to-to-to-todo amigos! Fue un placer trabajar para ustedes, mi gran público, aunque fue un calvario trabajar con ustedes, compañeritos del orto. Es una alegría irme antes de caer con todos ustedes.
... Cabrales: Sos un pelotudo a cuadros. Nunca vi a nadie tan inepto e incompetente.
... García: Fui yo el que te borró los archivos de la computadora. Esas notas eran desastrosas; lo hice por tu bien, para que aprendieras a redactar mejor.
... Aristamendi: ¿Sabías que Mendioli se la mueve a tu novia? Los vi una vez en el cuartito de la limpieza, y no le daba nada mal...
... Carragliano: Nadie se ríe de tus chistes pelotudos; nadie te soporta, entendelo de una vez, por eso nunca te invitábamos a nuestras fiestas.
... A todos los demás: Me son tan indiferentes que ni me voy a molestar en decirles nada.
... He dicho.
... ¡Chau, y hasta nunca, pedazos de mierdas infrahumanas!

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Epígrafe para un libro condenado

Lector apacible y bucólico,
hombre de bien ingenuo y sano,
tira este libro saturniano,
que es orgiástico y meláncolico.

Si tu retórica no hiciste
con Satán, astuto decano,
¡tíralo! Me leerás en vano,
o creerás que a un loco leíste.

Más si su hechizo no te inmuta,
y el abismo tu mente escruta,
léeme y sabrás amarme, amigo;

alma curiosa que penando
tu paraíso va buscando,
¡compadéceme!... ¡O te maldigo!

Charles Baudelaire.

lunes, 19 de diciembre de 2011

El gato y el ratón

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... Ella oyó ruido de llaves en la puerta principal y se sorprendió. Era el marido.
... -¿Qué hacés acá tan temprano? -inquirió ella-.
... -Vengo de trabajar -respondió él, perplejo-. Siempre llego a esta hora.
... -No, siempre llegás una hora más tarde. Salís a las cuatro de la oficina, ¿no?
... -¿Qué oficina? -preguntó él a su vez-. Si no trabajo en una oficina...
... -Ay, querido, no me vengas con ésas ahora -dijo ella con un dejo de sarcasmo en la voz-, como si no te conociera de hace años...
... Él no le siguió la corriente, tal vez porque estaba cansado. Sólo quería comer algo y recostarse un rato. Besó a su mujer, aspiró su perfume -vainilla, su olor preferido- y la observó por un segundo: llevaba puesto el vestido verde que le sentaba tan bien.
... Luego pasó al baño, mientras su mujer le preparaba un bocadillo en la cocina. De pronto, escuchó un ruido a vidrios y su mujer gritó:
... -¡Pero la puta madre!
... Él salió corriendo del baño.
... -¿Qué pasó?
... -Nada, que se me cayó el frasco de mayonesa y me manché la remera, me voy a tener que cambiar.
... "¿La remera?", se preguntó él, pero no le dio importancia. De hecho, al rato, ya se había olvidado de ese detalle y estaba comiendo un sándwich cuando su mujer entró a la cocina con una blusa roja.
... -¿Qué hacés?
... -Me como el sándwich que me preparaste, querida.
... -Pero si yo no te preparé nada -dijo ella.
... -¿Qué? -dijo él, intrigado.
... -Que te avisé que en cinco minutos estaba lista la comida -su voz empezaba a sonar irritada-, y ahora te veo comiendo un sándwich. Sos de no creer, Rodolfo.
... -¿Rodolfo? ¿Quién es Rodolfo? -su desconcierto era ya extremo-.
... -Ay, Rodolfo, no seas infantil; a vos te hablo. ¿Conozco acaso algún otro Rodolfo?
... -Pero yo me llamo Andrés.
... -Y que lo digas -ella ya estaba visiblemente enojada, y en aumento-.
... -Pero...
... -Pero nada. Mirá el grabado del anillo de casamiento y decime qué ves.
... Se sacó el anillo de su anular izquierdo y lo leyó. Decía: Rodolfo y Martina - 12/03/98.
... -Pero éste no es mi anillo -protestó él-.
... -¿Cómo que no?
... -Sí, dice: "Rodolfo y Martina".
... -Y Martina soy yo.
... -No, vos sos Alejandra -dijo con voz dubitativa.
... -Alejandra es mi hermana, tarado.
... -¡Pero vos no tenés hermanas! ¡Sos hija única!
... -¡Lo que me faltaba -dijo ella mientras iba hacia el living, harta-, que ahora me digas cómo es mi familia! ¡Esto es de no creer!
... -Yo debería decir eso. Nada tiene sentido -dijo, al tiempo que la seguía-, nada de...
... Se calló de golpe.
... La miró por unos instantes, en silencio, atónito.
... -¿Y ahora qué?
... -¿Te teñiste el pelo?
... -Sí, hace una semana. ¿No ves que ni siquiera me mirás? -tenía un tono histérico, casi rozando el llanto-. ¿No ves que ya no te importo?
... -No, no puede ser -su asombro estaba superando el límite-. Pero... ¡Recién tenías el pelo castaño, y ahora lo tenés rojo!
... -Lo tuve rojo por una semana, desde el sábado pasado, una semana exactamente.
... -Es miércoles.
... -Sábado.
... -Recién llego de trabajar.
... -Estuviste todo el día en casa, Marcelo.
... -¿Qué?
... -Que estuviste todo el día acá.
... -No, no puede ser -dijo él, en un estado de confusión total-.
... -¿Qué no puede ser?
... -¡Que hoy es miércoles! ¡Que yo me llamo Andrés! ¡Que vos sos castaña, y esa blusa la tiraste hace meses!
... -¿Te sentís bien, querido?
... -¡No! -gritó-. ¡Nada está bien! ¡Algo raro está pasando!
... -No pasa nada, Francisco.
... -¡Que sí, te digo! -la agarró de los hombros, y tuvo que contenerse para no sacudirla-. ¡Nada tiene sentido!
... -Para mí tiene todo el sentido del mundo, querido.
... -No, no lo tiene -dijo Jorge al borde del llanto-. Esto está mal, todo mal, no puede ser real... En la vida real no pasan estas cosas, la vida real tiene sentido, esto sólo pasaría en un cuento.
... -¿Y qué te pensás que es esto? -contestó ella-.

Darkfall (Fragmento)

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... -En cualquier caso, tía Faye me vuelve loco.
... -Tiene buenas intenciones, Davey.
... -Ella... gorjea.
... -Los pájaros gorjean, no las personas.
... -Gorjea como un pájaro.
... Era verdad. Pero a la avanzada edad de casi doce años, Penny había empezado a sentirse solidaria con los adultos. Ahora no le hacía tanta gracia reírse de ellos como le había hecho hacía tan solo unos meses.
... -Y siempre le está preguntando a papá si comemos bien o no -continuó Davey.
... -Es que se preocupa por nosotros.
... -¿Cree que papá nos mataría de hambre?
... -Claro que no.
... -¿Entonces por qué está hablando siempre de esto?
... -Es simplemente... tía Faye.
... -¡Ni que lo digas!
... Una ráfaga especialmente fuerte de viento barrió la calle, y azotó el recoveco delante de la verja verde. Penny y Davey estaban ateridos de frío.
... -Papá tiene una buena pistola, ¿verdad? -dijo Davey-. A los policías les dan buenas pistolas, ¿no es cierto? No dejarían que un policía saliera a la calle con una pistola de mierda, ¿verdad que no?
... -No digas "de mierda".
... -¿Verdad que no? -repitió.
... -No. A los policías les dan las mejores pistolas.
... -Y papá dispara bien, ¿verdad?
... -Sí.
... -¿Muy bien?
... -Muy bien.
... -Es el mejor, ¿verdad?
... -Claro que sí -dijo Penny-. Nadie dispara mejor que papá.
... -Entonces de la única manera que pueden hacerle daño es cogiéndole por sorpresa o disparándole por la espalda.
... -Eso no va a ocurrir -dijo ella con firmeza.
... -Podría ocurrir.
... -Ves demasiado la televisión.
... Se quedaron unos minutos callados.
... Entonces dijo:
... -Si alguien mata a papá, yo quiero tener cáncer y morirme también.
... -Basta, Davey.
... -Cáncer o un ataque de corazón, o algo.
... -No lo dices en serio.
... Asintió enfáticamente, vigorosamente: sí, sí, sí; lo decía en serio; absolutamente en serio.
... -Le he pedido a Dios que me pase de esa manera si tiene que ocurrir.
... -¿Qué quieres decir? -le preguntó frunciendo el ceño.
... -Cada noche. Cuando rezo. Siempre le pido a Dios que proteja a papá. Y después digo, "Bueno, Dios, si por alguna estúpida razón tienes que dejar que le disparen, entonces, por favor, deja que yo tenga cáncer y me muera también. O que me atropelle un camión. Algo."
... -Eso es patológico.
... No dijo nada más.


Dean Koontz: Darkfall, 1984.

sábado, 17 de diciembre de 2011

Tango de La Muerte

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... ¡Que se haga ya la oscuridad!
Deténgase la sucesión
En una ausencia tan brutal
Que es uno mismo el que no está
Y no sentir ningún dolor
Es lo que duele más.
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... Llegó el olvido vencedor
Y ya el saqueo comenzó
En la memoria sin guardián
Libros de viento robará
Y de tu verso más cantor
Nadie se acordará.
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... Yo juego con la carta más segura
No importan los vaivenes de la suerte
Aquí, donde me ve, yo soy la muerte
El precio de la última aventura.
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... Yo soy mucho más fuerte que la vida
Yo soy la última rima del poema
Mi voz en todo acorde siempre suena
Y con cualquier camino yo hago esquina.
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... No hay que pensar ni preguntar
Yo soy mi propia explicación
Soy el sentido y el motor
De la poesía y el amor
La nada espera, vamos ya
Su tiempo terminó...

Alejandro Dolina: Lo que me costó el amor de Laura, 1998

viernes, 16 de diciembre de 2011

Salomé (fragmento)

SALOMÉ.- ¡Jokanaan, estoy prendada de tu cuerpo! Tu cuerpo es blanco como las azucenas, nunca tocadas de la hoz. Tu cuerpo es blanco como la nieve que cubre las montañas de Judea y se difunde por los valles. Las rosas del jardín de la Reina de Arabia no son tan blancas como tu cuerpo. Ni las rosas del jardín de la Reina de Arabia, ni el fragante jardín de la Reina de Arabia, ni los pies de la aurora al posarse sobre el follaje, ni el seno de la luna en el seno del mar...; nada en el mundo es tan blanco como tu cuerpo. ¡Déjame que toque tu cuerpo!
JOKANAAN: ¡Atrás, hija de Babilonia! Por la mujer vino el mal a este mundo. No me hables. No quiero escucharte. Yo solo escucho la voz del Señor, mi Dios.

Oscar Wilde.

martes, 13 de diciembre de 2011

En la dorada tarde nuestra barca

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En la dorada tarde nuestra barca
.......... se desliza sin prisa:
impulsan ambos remos unos brazos
.......... inhábiles de niñas,
mientras en vano sus manitas pugnaban
.......... por trazar nuestra vía.
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¡ Ah, Trinidad cruel! ¡En esa hora,
..........bajo un cielo de ensueño,
cuando el aire no agita ni una hoja,
.......... me piden que urda un cuento!
¿Mas cómo va a oponerse una voz sola
.......... a tres lenguas a un tiempo?
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Prima, imperiosa, lanza el veredicto:
.......... "Inícialo ahora mismo".
Secunda, más benigna, solo pide
.......... "que sea un sinsentido",
mientras Tertia interrumpe por minuto
.......... una vez como mínimo.
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Pronto las tres en silencio imaginan
.......... las idas y venidas
de la niña soñada en un país
.......... de extrañas maravillas,
locuaz con bestias, pájaros... Que es cierto
.......... casi lo jurarían.
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Y cuando el narrador ya siente exhausta
.......... su fuente de inventiva
y se propone a postergar la historia
.......... diciendo con fatiga:
"Lo restante, mañana". "¡Ya es mañana!",
.......... reclaman las tres niñas.
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Así surgió el País de Maravillas,
.......... así, pues, paso a paso,
se forjaron sus raras aventuras.
.......... El cuento se ha acabado.
Y en penumbra, feliz tripulación,
.......... hacia casa remamos.
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Recibe, Alicia, el cuento y deposítalo
.......... donde el seuño de Infancia
abraza a la Memoria en lazo místico,
.......... como ajada guirnalda
que ofrece a su regreso el peregrino
.......... de una tierra lejana.

Lewis Carroll: Alicia en el País de las Maravillas, 1865

lunes, 12 de diciembre de 2011

Capítulo 6 - Humpty Dumpty (Fragmento)

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... -No sé lo que entiende usted por "gloria" -dijo Alicia.
... Humpty Dumpty sonrió despectivamente.
... -Claro que no... hasta que te lo explique. Lo que entiendo es: "¡menuda prueba más irrefutable para ti!".
... -Pero "gloria" no significa "menuda prueba más irrefutable para ti" -objetó Alicia.
... -Cuando yo empleo una palabra -dijo Humpty Dumpty con el mismo tono despectivo-, esa palabra significa exactamente lo que yo quiero que signifique, ni más ni menos.
... -La cuestión es saber -dijo Alicia- si se puede hacer que las palabras signifiquen cosas diferentes.
... -La cuestión es saber -dijo Humpty Dumpty- quién dará la norma... y punto.
... Alicia, de tan desconcertada, se quedó sin habla. Al cabo de un minuto, Humpty Dumpty añadió:
... -Genio y figura tienen las palabras... algunas de ellas... sobre todo los verbos, que son muy orgullosos... Con los adjetivos puede uno hacer lo que le dé la gana, pero no con los verbos... Sin embargo, ¡yo los voy a meter en cintura! ¡Impenetrabilidad! ¡Es lo que yo digo!
... -¿Querría decirme, por favor -dijo Alicia-, qué significa esto?
... -Ahora sí que hablas como una niña sensata -dijo muy satisfecho Humpty Dumpty-. Por "impenetrabilidad" entiendo que ya hemos hablado bastante de este tema y que más valdría que me dijeras de una vez qué vas a hacer ahora, porque calculo que no pretenderás quedarte aquí por el resto de tus días.
... Esto es mucho significado para una sola palabra -dijo pensativamente Alicia.

Lewis Carroll: A través del espejo, 1871

jueves, 8 de diciembre de 2011

Cambios de nombre

A los amantes de las bellas letras
Hago llegar mis mejores deseos
Voy a cambiar de nombre a algunas cosas

Mi posición es esta:
El poeta no cumple su palabra
Si no cambia los nombres de las cosas.

¿Con qué razón el sol
Ha de seguir llamándose sol?
¡Pido que se le llame Micifuz
El de las botas de cuarenta leguas!

¿Mis zapatos parecen ataúdes?
Sepan que desde hoy en adelante
Los zapatos se llaman ataúdes.
Comuníquese, anótese y publíquese
Que los zapatos han cambiado de nombre:
Desde ahora se llaman ataúdes.

Bueno, la noche es larga
Todo poeta que se estime a sí mismo
Debe tener su propio diccionario
Y antes que se me olvide
Al propio dios hay que cambiarle nombre
Que cada cual lo llame como quiera:
Ese es un problema personal.

En Versos de salón, Nicanor Parra (1962).

domingo, 4 de diciembre de 2011

Arte poética

Que el verso sea como una llave
Que abra mil puertas.
Una hoja cae; algo pasa volando.
Cuanto miren los ojos creado sea,
Y el alma del oyente quede temblando.

Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra;
El adjetivo, cuando no da vida, mata.
Estamos en el ciclo de los nervios.
El músculo cuelga,
Como recuerdo en los museos;
Mas no por eso tenemos menos fuerza:
El vigor verdadero
Reside en la cabeza.

Por qué cantáis la rosa, ¡oh Poetas!
Hacedla florecer en el poema;

Solo para nosotros
Viven todas las cosas bajo el Sol.

El poeta es un pequeño Dios.

En El espejo de agua, Vicente Huidobro.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Fiat - Lux

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... Con la santa impudicia de una estatua desnuda
este Libro sonoro, doy al vértigo humano:
fue sentido en la Muerte, el Pecado y la Duda,
y con sangre del alma, lo escribí con mi mano.
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... Es en él la Harmonía una ráfaga ruda,
que ha de darle el espanto al criterio profano:
pero -Libro de vida- en la Vida se escuda,
porque escrito él ha sido con mi alma y mi mano.
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... ¡No leáis este Libro! -que es satánico y triste-
¡no leáis este Libro! -que el infierno en él zumba-
no leáis este Libro -que lloró lo que existe-
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... La Esperanza en sus hojas, sin piedad se derrumba:
es perverso y doliente, es irónico y triste,
y su póstuma página, tal vez guarde mi tumba...

(Claudio de Alas: El Cansancio de Claudio de Alas)

Guardianes

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... Se cuenta que, en el comienzo, el lenguaje de la naturaleza les fue confiado en custodia a las libélulas.
... Como éstas no tenían la capacidad para recordar, las partículas elementales que conformaban el patrón lingüístico arcaico les fueron incorporadas a las alas, en sistemas de líneas únicos que representaban tanto el significado como el significante. De esta manera, el lenguaje viajaba por todo el mundo y era descifrado por los pocos que sabían el código del sistema.
... Con el suceder de las generaciones, estos patrones se fueron combinando y cada nuevo custodio poseía una representación diferente, formada por el sistema presente en cada uno de sus antepasados.
... Así, luego de muchos eones de recombinaciones, cada libélula poseyó no el lenguaje en sí, sino historias. Historias únicas, maravillosas, efímeras, errantes. Todo en sus alas. El problema era que ya nadie tenía el conocimiento necesario para descifrarlas, y entonces las historias viajaban sin ser reconocidas, tenidas en cuenta como meras líneas sin sentido, pero todavía buscando alguien que recuerde el código en lo profundo de su ser, en el lugar donde se alojan los instintos.

Fiat - Lux

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... ¡Entrad a aqueste libro, como a sonora ruta
poblada del misterio que da la soledad;
y sin temer la garra, ni la pupila astuta,
siguiendo el Alma mía, a aqueste libro entrad!
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... Con mano leal y dulce, o torpe, ruin y bruta,
romped la muda sombra de su virginidad:
pues yo mi Verso rindo, cual una prostituta
su bello cuerpo rinde hasta la eternidad...
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... Para las almas viles, sería este libro el pasto
que en una vasta feria y en un pesebre vasto
les turbaría los ojos, el vientre y el testuz.
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... Pero quien de mi Espíritu comprenda lo nefasto,
ungido por lo bello, lo impúdico y lo casto,
viviendo mis pasiones, adorará mi Cruz.

(Claudio de Alas: El Cansancio de Claudio de Alas)

miércoles, 30 de noviembre de 2011

La estatua de sal (fragmento)

Entonces un ansia espantosa le quemó las carnes. Su lengua habló, dirigiéndose a la espectral resucitada:
-Mujer, respóndeme una sola palabra.
-Habla... pregunta...
-¿Responderás?
-Sí, habla; ¡me has salvado!
Los ojos del anacoreta brillaron, como si en ellos se concentrase el resplandor, que incendiaba las montañas.
-Mujer, dime qué viste cuando tu rostro se volvió para mirar.
Una voz anudada de angustia, le respondió:
-Oh, no... Por Elohim, ¡no quieras saberlo!
-¡Dime qué viste!
-No... no... ¡Sería el abismo!
-Yo quiero el abismo.
-Es la muerte...
-¡Dime qué viste!
-¡No puedo... no quiero!
-Yo te he salvado.
-No... no...
El sol acababa de ponerse.
-¡Habla!
La mujer se aproximó. Su voz parecía cubierta de polvo; se apagaba, se crepusculizaba, agonizando.
-¡Por las cenizas de tus padres!...
-¡Habla!
Entonces aquel espectro aproximó su boca al oído del cenobita, y dijo una palabra. Y Sosistrato, fulminado, anonadado, sin arrojar un grito, cayó muerto. Roguemos a Dios por su alma.

En Las fuerzas extrañas,  Leopoldo Lugones.

martes, 29 de noviembre de 2011

Él

¿Dónde estará?
¿Dónde se habrá escondido?

Creí que se ocultaba entre los ruidos.
Lo busqué.
Se había ido.

Sospeché que habitaba el desamparo.
Fui a su encuentro.
No estaba.

Pensé que su presencia me cegaba.
Me aparté.
No vi nada.

Esperaba encontrarlo en mi camino.
Lo esperé.
Aún lo espero.




Oliverio Girondo en Persuasión de los días.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Nocturnum desiderium

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... Expergefacit mane. Diurna lux omnem mundum collustrat, sed angulus meus summersus in obscuritate continuat.
... Scio aliquid mihi faciendum esse ut statum commutem, verum quod id perperam fit debilitat me. Dum promovent tenebrae, cum omnibus meis vigoribus luctor ut hic exeam, ne secretus permaneam.
... Non id consequor, atque quaque vice magis potitur me. Ambiunt me furvae res. Corvus supra meum caput volat. Feles foris lacrimat.
... Expergefacit nox.

sábado, 26 de noviembre de 2011

La liebre (fragmento)

Lo más gracioso (o lo único gracioso, porque lo demás resultaba melancólico en su degradación) era que entre ellos se acusaban principalmente de borrachos: "¡Indio mamau! ¡Indio mamau!", repetían como maniáticos. Y Miltín, ebrio al extremo: "¡Indios mamaus! ¡Indios mamaus!". Se habían encarnizado con uno sobre todo, tan borracho como el resto, que al parecer había proferido un juicio agraviante sobre el seleccionado de la tribu; porque la discusión original había sido sobre jockey. El desenlace vino rápido e inesperado, y a los tres blancos les resultó escalofriante como un mal sueño. Un cuchillo agregó sus brillos a los de tanto músculo engrasado, y el filo abrió un ancho tajo en la garganta del disidente. Al parecer, la ejecución se había realizado con la autorización del cacique, que vociferaba tambaleándose. Clarke había quedado paralizado por la sorpresa. No así los indios, que en una exasperación de violencia inútil repitieron el tajo (incluida la forma) en el vientre del muerto, que lo tenía redondo e invitante, y metieron las manos y empezaron a tirar de los intestinos, entre gritos que pasaban de la furia a la diversión. El inglés saltó como accionado por una palanca. Lo dominaba una urgencia irresistible de reivindicar lo humano. Quiso gritar algo fulminante, pero todo lo que le salió, por contagio, fue "¡Indios mamaus! ¡Indios mamaus!". Carlos y Gauna trataron de retenerlo, sin éxito; él también había bebido sus vasos, y el alcohol lo hacía temerario. Se abrió paso hasta el cadáver, aullando toda clase de improperios contra los asesinos y los profanadores, les arrancó como pudo los resbalosos chinchulines y se los metió torpemente al muerto, por la herida: como veía doble, algunas puntas las metió por el tajo de la garganta. Por suerte, los indios creyeron que era una broma más, de otro modo es posible que lo hubieran acuchillado ahí nomás. Miltín levantó el vaso sobre el alboroto y pidió un brindis, pero el inglés, encendido como un loco, se lo hizo volar de un manotón.

César Aira.

viernes, 25 de noviembre de 2011

Sagitario

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... A veces ya ni sé para qué me molesto, para qué me esfuerzo tanto si al final de cuentas nadie lo nota ni lo reconoce. Tanto tirar indirectas y no tan indirectas para ocupar un cargo que me corresponde desde hace años gracias a mi desempeño y fidelidad y así me pagan. Está bien, pero yo no me voy a hacer responsable de lo que pueda llegar a pasar.
... Sagitario es el signo más inquieto de toda la rueda. Por esto se lo asocia con los centauros, animales mitológicos mitad (inferior) caballo y mitad (superior) hombre, con las mejores características de ambos. Estos seres eran pacíficos por naturaleza, pero se convertían en guerreros implacables en caso de ser provocados. También eran capaces de caminar grandes distancias sin fatigarse.
... (vos te vas a fatigar, pelotudo. Nunca en tu puta vida trabajaste y ahora que te dieron ese trabajo que era para mí te vas a cansar y a pudrir, te va a sobrepasar y ahí te quiero ver)
... Los había sabios, pero también eran considerados unos juerguistas indecentes, desenfrenados, entusiastas (la fiesta se te terminó cuando se fue tu "amiguito", ¿no?)
... Quienes nacen bajo este signo tienen un afán de conocimiento y búsqueda del saber pocas veces visto (cómo se nota que no sos de este signo, trepador hijo de puta). También son muy autodidactas y antirutinarios.
... Se ha asociado a Sagitario con los muslos, sostén poderoso y ágil del cuerpo, resistentes a los rigores del movimiento y de los viajes (en tu caso eran las rodillas las que te sostenían, ¿no, Cabrales querido? Te tenías que arrodillar delante de tu jefecito querido para estar bien a la altura y obtener sus "favores", ¿no?)
... Los sagitarianos son amigables de por sí, pero cuando se juntan dos o más pueden llevarse o muy bien o muy mal. Este signo no tiene puntos medios. Por eso su suegra lo trata así.
... OCUPACIONES Y NEGOCIOS: Endeble. Queda atrapado en el depósito de la librería en la que trabaja bajo una pila de libros que no pudieron esperar a que usted se fuera para caerse de los estantes. Mire el lado positivo: tendrá con qué entretenerse hasta que llegue alguien y lo encuentre o, en caso contrario, morirá de una forma muy cultural.
... AMOR: Ganadora. Coquetea con A. Flirtea con B. Chatea con C. Sale con D mientras se mensajea con E. No sea un dolor de huevos y concrete con alguno, ¿quiere?
... SALUD: Para mí que es alérgico a las abejas nomás...
... SORPRESA: Mientras se prepara el desayuno, la cocina se le llena de humo y de olor a quemado. No se preocupe, no son las tostadas, es que Astaroth quiere hacer un trato con usted.
... METAL: Sinfónico.
... PIEDRA: Granate.
... COLOR: El que cayó del cielo.

¡Muchachos! ¡Cultiven hongos gigantes en el sótano! (Fragmento)

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... Cynthia besó a Fortnum en las dos mejillas, lo apretó tomándolo por los hombros, y subió las escaleras.
... En la cocina, Fortnum sacó un vaso, abrió la refrigeradora, y estaba sirviéndose la leche cuando se detuvo de pronto.
... Adelante, arriba, había un platito amarillo. Sin embargo, no fue el plato lo que le llamó la atención a Fortnum. Fue lo que había en el plato.
... Los hongos recién cortados.
... Se quedó allí medio minuto por lo menos, respirando y escarchando el aire, hasta que al fin extendió la mano, tomó el plato, lo olió, tocó los hongos, y luego salió al vestíbulo llevando el plato en la mano. Miró escaleras arriba, escuchando a Cynthia que se movía en el dormitorio, y estuvo a punto de llamarla: "Cynthia, ¿tú pusiste esto en la refrigeradora?" No habló. Conocía la respuesta. Cynthia en cambio no sabía nada.
... Puso el plato de hongos en la baranda de la escalera y se quedó mirando. Se imaginó a sí mismo en cama más tarde, observando las paredes, las ventanas abiertas, las figuras de la luz de la luna que se movían en el cielo raso. Se oyó a sí mismo diciendo: "¿Cynthia?" Y la respuesta de ella: "¿Sí?" Y él diciendo: "Los hongos pueden desarrollar piernas y brazos, hay un modo." "¿Qué?" diría ella, "Tonto, tonto, ¿qué?" Y él se animaría entonces y no tendría en cuenta la risa de ella y diría: "¿Y si un hombre que camina por el pantano recoge los hongos y se los come...?"
... ¿Una vez dentro del hombre, se extenderían los hongos por la sangre, se apoderarían de todas las células cambiando al hombre en un... marciano? Aceptada esta teoría, ¿necesitaría el hongo piernas y brazos propios? No, no mientras pudiera entrar y vivir en la gente. Roger había comido los hongos que le había dado su hijo. Roger se había convertido en "otra cosa". Se había secuestrado a sí mismo. Y en un último arranque de cordura, nos había telegrafiado, advirtiéndonos que no aceptáramos el envío expreso de hongos. ¡El Roger que había telefoneado más tarde no era ya Roger sino un prisionero de lo que había comido! ¿No está claro, Cynthia, no lo está, no lo está?


(Ray Bradbury, Las Maquinarias de la Alegría, 1964)

martes, 22 de noviembre de 2011

¡Quiero ser verde!

como el verdequetequieroverde de Lorca

V E R D E

solo
verde

sábado, 19 de noviembre de 2011

Automatismo de la percepción.

Es verdad que cuando crecemos nuestras neuronas desarrollan capacidades automatizadoras (al modo de la teoría formalista). También es cierto que existen factores que hacen que esas capacidades se alteren y diluyan en determinados momentos. Por ejemplo cuando comemos un helado, cuando nos moja la lluvia en un día sin paraguas, cuando nos golpea una pelota con olor a pasto, cuando te pica un mosquito en medio de la noche, y sobre todo cuando tus ojos me hacen voltear la vista.

jueves, 17 de noviembre de 2011

Sacrificios puros

Le basta a la mentira, la mentira.
¡Pero cuántas mentiras la verdad necesita
para que la comprendan!


Silvina Ocampo

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Consejo


Sea feliz. --> Péguese un tiro.

martes, 15 de noviembre de 2011

Cuando se produce el cambio a su vez se quiebra una estructura

...a veces cometemos el error de creer que encontramos la mitad que nos robaron al nacer.
Pero siempre pasa algo o pasa tiempo (o pasa algo y pasa tiempo) que nos hace descubrir que esa no era la mitad que nos robaron.
Esa era la mitad que siendo grandes nos iban a arrancar.

El falso autoestop (fragmento)

Sentía siempre vergüenza anticipada solo de pensar que iba a darle vergüenza. Con frecuencia deseaba poder sentirse libre dentro de su cuerpo, despreocupada y sin angustias, como lo hacía la mayoría de las mujeres a su alrededor. Hasta había llegado a inventarse un sistema especial de convencimiento pedagógico: se decía que cada persona recibía al nacer uno de los millones de cuerpos que estaban preparados, como si le adjudicasen una de los millones de habitaciones de un inmenso hotel; que aquel cuerpo era, por tanto, casual e impersonal; que era una cosa prestada y hecha en serie. Lo repetía una y otra vez, en distintas versiones, pero nunca era capaz de sentir de ese modo. Aquel dualismo del cuerpo y el alma le era ajeno. Ella misma era excesivamente su propio cuerpo, y por eso siempre lo sentía con angustia.
Con esa misma angustia se había aproximado también al joven a quien había conocido hacía un año y con el que era feliz quizá precisamente porque nunca separaba su cuerpo de su alma y con él podía vivir por entero. En aquella indivisión residía su felicidad, solo que tras la felicidad siempre se agazapaba la sospecha, y la chica estaba llena de sospechas. Con frecuencia pensaba que las otras mujeres (las que no se angustiaban) eran más seductoras y atractivas, y que el joven, que no ocultaba que conocía bien a aquel tipo de mujeres, se le iría alguna vez con alguna de ellas. (Es cierto que el joven afirmaba que ya estaba harto de ese tipo de mujeres para el resto de su vida, pero la chica sabía que él era mucho más joven de lo que pensaba). Ella quería que fuese suyo por completo y ser ella por completo de él, pero con frecuencia le parecía que cuanto más trataba de dárselo todo, más le negaba algo: lo que da precisamente el amor carente de profundidad y superficial, lo que da el flirt. Sufría por no saber ser, además de seria, ligera.

Milan Kundera, en El libro de los amores ridículos.

La jaula

Afuera hay sol.
No es más que un sol
pero los hombres lo miran
y después cantan.

Yo no sé del sol.
Yo sé la melodía del ángel
y el sermón caliente
del último viento.
Sé gritar hasta el alba
cuando la muerte se posa desnuda
en mi sombra.

Yo lloro debajo de mi nombre.
Yo agito los pañuelos en la noche
y barcos sedientos de realidad
bailan conmigo.
Yo oculto clavos
para escarnecer a mis sueños enfermos.

Afuera hay sol.
Yo me visto de cenizas.

Alejandra Pizarnik.

lunes, 14 de noviembre de 2011

La educación como práctica de la libertad (fragmento)

A partir de ahí, el analfabeto comenzaría a cambiar sus actitudes anteriores. Se descubriría críticamente como hacedor de ese mundo cultural. Descubriría que tanto él como el letrado tienen aptitudes para la creación y la recreación. Descubriría que cultura es el muñeco de barro hecho por los artistas de su pueblo, así como la obra de un gran escultor, de un gran pintor, de un gran místico, o de un pensador. Que cultura es tanto la poesía realizada por poetas letrados como la poesía contenida en un cancionero popular. Que cultura es toda creación humana.

Paulo Freire.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Las trampas del tiempo

Sentada de cuclillas en la cama, ella lo miró largamente, le recorrió el cuerpo desnudo de la cabeza a los pies, como estudiándole las pecas y los poros, y dijo:
-Lo único que te cambiaría es el domicilio.
Y desde entonces vivieron juntos, fueron juntos y se divertían peleando por el diario a la hora del desayuno, y cocinaban inventando y dormían anudados.
Ahora este hombre, mutilado de ella, quisiera recordarla como era.
Como era cualquiera de las que ella era, cada una con su propia gracia y poderío, porque esa mujer tenía la asombrosa costumbre de nacer con frecuencia.
Pero no. La memoria se niega. La memoria no quiere devolverle nada más que ese cuerpo helado donde ella no estaba, ese cuerpo vacío de las muchas mujeres que fue.

Eduardo Galeano.

jueves, 3 de noviembre de 2011

Guía de pecadores (fragmento)

Y no solo los yuyos, que ella conocía con otros nombres pero que eran los mismos. No solo los yuyos sino todos los elementos de la Naturaleza. Porque la Naturaleza, que al principio le pareció tan alejada de la ciudad, también estaba en la ciudad. Estaba en el viento que silbaba entre las antenas de televisión en vez de silbar entre los árboles; estaba en la lluvia que mojaba el asfalto en lugar de mojar la tierra; estaba en el cielo por el que atravesaban las mismas nubes, en el que se podían descifrar las mismas señas, en el que se podían leer las mismas estrellas. Había rincones especiales en los cementerio, en algunas plazas, en ciertas calles aparentemente vulgares pero cargadas de vibraciones y magnetismo; había hojas que caían y que llevaban un mensaje cifrado; había lágrimas que se podían juntar en botellas, orines que se podían juntar en botellas, sangre que se podían juntar en botellas; había gatos y ya se sabe que los gatos son gatos de cualquier parte; había piedras que hablaban en algunas iglesias antiguas. ¿Fue Fleurety quien le enseño todo eso? Quizá. Pero también fueron los desengañados, los desilusionados, los defraudados; los que tenían miedo de todo; los que dudaban, los que celaban, los que deseaban, los melancólicos, los desesperados, los enfermos de amor y los enfermos de odio, todos los que llegaban al conventillo, todos los que pedían una respuesta y dejaban algo más que un poco de dinero, dejaban una especie de rastro invisible que ella después olfateaba y que la conducía en extraños itinerarios por todos los rincones de la ciudad.
Y aprendió así las invocaciones, los ademanes, el ritmo que la fuerza interior exigía.

Eduardo Gudiño Kieffer.

domingo, 30 de octubre de 2011

Escorpio

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... Here I am! Rock you like a hurricane! ¡Jaja! ¡Sí! ¡Alegría, alegría, alegría! ¡La justicia funciona! ¡La puta, que vale la pena estar vivo para haber visto la patada en el culo que te metieron! Ay, qué bien que me siento. ¿Y saben por qué? ¡Porque lo echaron! ¡Sí! Escucharon bien: lo rajaron al reverendo hijo de puta ése que nos explotaba y ahora gozamos de un período de libertad hasta que designen a un nuevo jefe de redacción. ¿Y saben qué? Sin jefe, la oficina anda a las mil maravillas. Se armó una suerte de cooperativa de trabajo que aumentó el índice de productividad general. ¡Ya tenemos listas las notas de todo un mes! ¡Es genial! (Buah, genial, salvo por el pelotudo de Cabrales; ahora que no tiene el favor de su protector se las tiene que arreglar para congraciarse con alguno que le haga el trabajo y así se puede dedicar a huevear todo el día; ojalá lo rajen pronto también)
... Bueno, pero mientras tanto, mientras buscan algún reemplazante para el puesto libre, alguien idóneo, comprometido, cumplidor, serio, amable, como pocos lo somos, sigamos trabajando para el lector.
... Llegamos a uno de los signos más misteriosos y más maravillosos de toda la rueda zodiacal, ya que es un signo muy poderoso y, por ende, peligroso, como su animal rector, el escorpión.
... Como este reptil, los escorpianos suelen ser algo retraídos, rehuyen el contacto con las masas populosas (a menos que sea absolutamente necesario y el riesgo de salir dañado sea mínimo), pero en círculos poco concurridos se mueve a sus anchas, casi de modo agresivo.
... En correlato con el aguijón de dicho insecto, los escorpianos están munidos de comentarios agudos y mordaces capaces de infligir mucho daño al destinatario de la enunciación.
... Debido a todo lo dicho anteriormente, los escorpianos deben ser extremadamente cuidadosos con su ímpetu, tanto por los demás como por uno mismo, y le conviene recordar esto la próxima vez que esté en la fila para entrar a la cancha.
... OCUPACIONES Y NEGOCIOS: No hay poronga que le venga bien. Hace tiempo que viene pidiendo un aumento, y ahora que lo quieren ascender a un puesto jerárquico con un sueldo bastante grande lo rechaza porque considera que es mucha responsabilidad. Usted quiere ganar plata fácil y en cantidad, pero sin pensar ni esforzarse. ¿Por qué no pone un garito en Puerto Madero y vive de las putas?
... AMOR: Ni lo sueñe.
... SALUD: Mire que el manual decía que tuviera cuidado con las cuchillas de la multiprocesadora...
... SORPRESA: Sale sorteado y gana un cero kilómetro en un concurso del que no participó ni, más aún, tenía idea de su existencia. Cállese y vaya a buscar el premio antes de que alguien se avive.
... METAL: Ununiubius... unbiunbusc... unisbutiumiuni... ¡Ay, la reputa madre! Unistibiaimut... no importa, ni siquiera es un metal natural...
... PIEDRA: Diamantina.
... COLOR: Fucsia endiablado.

Las circunstancias adecuadas (Fragmento)

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... -Qué raros son ustedes, los escritores. Vamos, dígame qué he hecho de malo, o qué he dejado de hacer. ¿En qué depende de mí el placer que obtengo o puedo obtener de su obra?
... -Depende de usted, muchísimo. Yo ahora le pregunto: Si lo tomara en este tranvía, ¿le agradaría el desayuno? Pongamos otro ejemplo, supongamos un fonógrafo tan perfecto que pudiera transmitir una ópera entera: canto, orquestación y todo lo demás; ¿cree usted que le procuraría un gran placer si la oyera en la oficina, durante sus horas de trabajo? ¿Le importaría de verdad la Serenata de Schubert oyéndola por la mañana, en ferryboat, interpretada por un intempestivo violinista italiano? ¿Está usted siempre dispuesto a admirar, sean cuales fueren las circunstancias? ¿Es que su ánimo responde siempre a cualquier estímulo? Permítame recordarle que el cuento que usted me ha hecho el honor de comenzar esta mañana, como un medio de olvidar la incomodidad de este vehículo, es una historia de fantasmas.
... -¿Y qué?
... -¿Y es que el lector no tiene los deberes de sus privilegios? Usted ha pagado cinco céntimos por el periódico. Es suyo. Tiene el derecho de leerlo donde y cuando quiera. A mucho de lo que éste contiene no lo ayuda ni daña el tiempo, ni el ligar, ni su estado de ánimo; algunas de sus noticias requieren ser leídas de inmediato, antes de que pierdan vigencia. Pero mi cuento tiene otro carácter. No encontrará en él las "últimas noticias del país de los fantasmas"; no se espera de usted que esté au courant de lo que sucede en el reino de los espectros. Mi cuento habrá de mantener su vigencia siempre que usted disponga del ocio necesario para ponerse en un estado de ánimo propicio al sentimiento que en él se expresa, y me atrevo a decir que no logrará ese estado de ánimo en un tranvía, aunque sea el único pasajero. No sería esa la soledad que requiere su lectura. Un escritor tiene derechos que el lector está obligado a respetar.
... -¿Por ejemplo?
... -El derecho a la total atención del lector. Negársela es inmoral. Obligarlo a compartirla con el traqueteo del tranvía, con el fluctuante panorama de la muchedumbre por las aceras y los edificios detrás (con cualquiera de las innumerables distracciones que constituyen el medio habitual que nos rodea) es tratarlo con grosera injusticia. ¡Es infame, por Dios!

(Ambrose Bierce, 1891)

martes, 25 de octubre de 2011

Descubrimiento

Y todo mi cuerpo te llama, pero tengo miedo, vergüenza... Miles de inseguridades me azotan y me sumerjo en mí, pero es imposible; imposible porque aunque quiera estar sola, ya no puedo.
Quiero verte, escuchar tu voz (siempre, siempre, desde el primer día me ha gustado tu voz) pero está ese miedo azotándome y no sé qué hacer, ni qué decir, ni cómo hacer.
Y muero, agonizo de ganas de verte y decirte que sí, que tengo miedo y vergüenza y mil cosas que no puedo definir pero que sí, que sí...

(Tengo bestiales ganas de decirte que sí)

miércoles, 19 de octubre de 2011

Soneto de tus vísceras

Harto ya de alabar tu piel dorada
tus externas y muchas perfecciones,
canto al jardín azul de tus pulmones
y a tu tráquea elegante y anillada.
Canto a tu masa intestinal rosada,
al bazo, al páncreas, a los epiplones,
al doble filtro gris de tus riñones
y a tu matriz profunda y renovada.
Canto al tuétano dulce de tus huesos,
a la linfa que embebe tus tejidos,
al acre olor orgánico que exhalas.
Quiero gastar tus vísceras a besos,
vivir dentro de ti con mis sentidos...
yo soy un sapo negro con dos alas.

Baldomero Fernández Moreno.

lunes, 17 de octubre de 2011

Rayuela (Capítulo 7)

Toco tu boca, con un dedo toco el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla con mi mano por tu cara, y que por un azar que no busco comprender coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano te dibuja. Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y nuestros ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mi como una luna en el agua.

Julio Cortázar

Buscar

No es un verbo sino un vértigo. No indica acción. No quiere decir ir al encuentro de alguien sino yacer porque alguien no viene.

Alejandra Pizarnik.

¿Plegaria?

Fluye de tus besos el Leteo
Fluye de tus besos el Leteo
Fluye de tus besos el Leteo
Fluye de tus besos el Leteo
Fluye de tus besos el Leteo
Fluye de tus besos el Leteo
Fluye de tus besos el Leteo

(Quizás, si repito este verso como si fuera una adorable y maldita letanía, tu persona se haga visible)

domingo, 16 de octubre de 2011

Carta de Severino Di Giovanni a América Scarfó

Tú, buena amiga mía, oh, mi dulce compañera, no puedes jamás imaginar cómo aumenta el bien en mí cada vez que te veo. En cambio de apagarse momentáneamente el incendio que me devora, cada uno de nuestros encuentros, cada uno de nuestros coloquios, cada uno de nuestros abrazos no sirven más que para dar alimento a la llama encendida de mi corazón. Y el alimento consume, devora, quema, arde, arde tanto y no sabe darme ningún bálsamo restaurador, ningún refresco delicioso, ninguno de los tantos minutos de reposo que sólo podré anhelar cuando estés junto a mí, en cada instante, en cada latido de nuestros corazones”.

Fusilamiento de Severino Di Giovanni

“Las 5 menos 3 minutos. Rostros afanosos tras de las rejas. Cinco menos 2. Rechina el cerrojo y la puerta de hierro se abre. Hombres que se precipitan como si corrieran a tomar el tranvía. Sombras que dan grandes saltos por los corredores iluminados. Ruidos de culatas. Más sombras que galopan.
Todos vamos en busca de Severino Di Giovanni para verlo morir.

La letanía.

Espacio de cielo azul. Adoquinado rústico. Prado verde. Una como silla de comedor en medio del prado. Tropa. Máuseres. Lámparas cuya luz castiga la obscuridad. Un rectángulo. Parece un ring. El ring de la muerte. Un oficial.
"..de acuerdo a las disposiciones... por violación del bando... ley número..."
El oficial bajo la pantalla enlozada. Frente a él, una cabeza. Un rostro que parece embadurnado en aceite rojo. Unos ojos terribles y fijos, barnizados de fiebre. Negro círculo de cabezas.
Es Severino Di Giovanni. Mandíbula prominente. Frente huída hacia las sienes como la de las panteras. Labios finos y extraordinariamente rojos. Frente roja. Mejillas rojas. Ojos renegridos por el efecto de luz. Grueso cuello desnudo. Pecho ribeteado por las solapas azules de la blusa. Los labios parecen llagas pulimentadas. Se entreabren lentamente y la lengua, más roja que un pimiento, lame los labios, los humedece. Ese cuerpo arde en temperatura. Paladea la muerte.
"..artículo número...ley de estado de sitio... superior tribunal... visto... pásese al superior tribunal... de guerra, tropa y suboficiales..."
Di Giovanni mira el rostro del oficial. Proyecta sobre ese rostro la fuerza tremenda de su mirada y de la voluntad que lo mantiene sereno.
"..estamos probando... apercíbase al teniente... Rizzo Patrón, vocales... tenientes coroneles... bando... dése copia... fija número..."
Di Giovanni se humedece los labios con la lengua. Escucha con atención, parece que analizara las cláusulas de un contrato cuyas estipulaciones son importantísimas. Mueve la cabeza con asentimiento, frente a la propiedad de los términos con que está redactada la sentencia.
"..Dése vista al ministro de Guerra... sea fusilado... firmado, secretario..."

Habla el Reo.

-Quisiera pedirle perdón al teniente defensor...
Una voz: -No puede hablar. Llévenlo.
El condenado camina como un pato. Los pies aherrojados con una barra de hierro a las esposas que amarran las manos. Atraviesa la franja de adoquinado rústico. Algunos espectadores se ríen. ¿Zoncera? ¿Nerviosidad? ¡Quién sabe! El reo se sienta reposadamente en el banquillo. Apoya la espalda y saca pecho. Mira arriba. Luego se inclina y parece, con las manos abandonadas entre las rodillas abiertas, un hombre que cuida el fuego mientras se calienta agua para tomar el mate. Permanece así cuatro segundos. Un suboficial le cruza una soga al pecho, para que cuando los proyectiles lo maten no ruede por tierra. Di Giovanni gira la cabeza de derecha a izquierda y se deja amarrar. Ha formado el blanco pelotón fusilero. El suboficial quiere vendar al condenado. Éste grita: “Venda no”.
”Mira tiesamente a los ejecutores. Emana voluntad. Si sufre o no, es un secreto. Pero permanece así, tieso, orgulloso. Di Giovanni permanece recto, apoyada la espalda en el respaldar. Sobre su cabeza, en una franja de muralla gris, se mueven piernas de soldados. Saca pecho. ¿Será para recibir las balas?
— Pelotón, firme. Apunten.
La voz del reo estalla metálica, vibrante:
— ¡Viva la anarquía!
— ¡Fuego!
”Resplandor subitáneo. Un cuerpo recio se ha convertido en una doblada lámina de papel. Las balas rompen la soga. El cuerpo cae de cabeza y queda en el pasto verde con las manos tocando las rodillas. Fogonazo del tiro de gracia.
”Las balas han escrito la última palabra en el cuerpo del reo. El rostro permanece sereno. Pálido. Los ojos entreabiertos. Un herrero martillea a los pies del cadáver. Quita los remaches del grillete y de la barra de hierro. Un médico lo observa. Certifica que el condenado ha muerto. Un señor, que ha venido de frac y con zapatos de baile, se retira con la galera en la coronilla. Parece que saliera del cabaret. Otro dice una mala palabra.
”Veo cuatro muchachos pálidos como muertos y desfigurados que se muerden los labios; son: Gauna, de La Razón, Álvarez, de Última Hora, Enrique González Tuñón, de Crítica y Gómez de El Mundo. Yo estoy como borracho. Pienso en los que se reían. Pienso que a la entrada de la Penitenciaría debería ponerse un cartel que rezara:
— Está prohibido reírse.
— Está prohibido concurrir con zapatos de baile”.



Roberto Arlt

sábado, 15 de octubre de 2011

Preguntas

Ya que navegas mi sangre y conoces mis límites
y me despiertas en la mitad del día para acostarme en tu recuerdo
y eres furia de mi paciencia para mí
dime qué diablos hago
por qué te necesito
quién eres muda sola recorriéndome
razón de mi pasión
por qué quiero llenarte solamente de mí
y abarcarte acabarte mezclarme a tus huesitos
y eres única patria contra las bestias del olvido

Juan Gelman


sábado, 1 de octubre de 2011

Manuscrito hallado junto a una mano (Parte 2)

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... Como es natural, teniendo en cuenta que el número de violinistas famosos es muy limitado, hice algunos experimentos colaterales. El violoncelo respondió de inmediato al recuerdo de mi tía, pero el piano, el arpa y la guitarra se mostraron indiferentes. Tuve que dedicarme exclusivamente a los arcos, y empecé mi nuevo sector de clientes con Gregor Piatigorsky, Gaspar Cassadó y Pierre Michelin. Después de ajustar mi trato con Pierre Fournier, hice un viaje de descanso al festival de Prades donde tuve una conversación muy poco agradable con Pablo Casals. Siempre he respetado la vejez, pero me pareció penoso que el venerable maestro catalán insistiera en una rebaja del veinte por ciento o, en el peor de los casos, del quince. Le acordé un diez por ciento a cambio de su palabra de honor de que no mencionaría la rebaja a ningún colega, pero fui mal recompensado porque el maestro empezó por no dar conciertos durante seis meses, y como era previsible no pagó ni un centavo. Tuve que tomar otro avión, ir a otro festival. El maestro pagó. Esas cosas me disgustaban mucho.
... En realidad yo debería consagrarme ya al descanso puesto que mi cuenta del banco crece a razón de 17.900 dólares mensuales, pero la mala fe de mis clientes es infinita. Tan pronto se han alejado a más de dos mil kilómetros de París, donde saben que tengo mi centro de operaciones, dejan de enviarme la suma convenida. Para gentes que ganan tanto dinero hay que convenir en que es vergonzoso, pero nunca he perdido tiempo en recriminaciones de orden moral. Los Boeing se han hecho para otra cosa, y tengo buen cuidado de refrescar personalmente la memoria de los refractarios. Estoy seguro de que Heifetz, por ejemplo, ha de tener muy presente cierta noche en el teatro de Tel Aviv, y que Francescatti no se consuela del final de su último concierto en Buenos Aires. Por su parte, sé que hacen todo lo posible por liberarse de sus obligaciones, y nunca me he reído tanto como al enterarme del consejo de guerra que celebraron el año pasado en Los Ángeles, so pretexto de la descabellada invitación de una heredera californiana atacada de melomanía megalómana. Los resultados fueron irrisorios pero inmediatos: la policía me interrogó en París sin mayor convicción. Reconocí mi calidad de aficionado, mi predilección por los instrumentos de arco, y la admiración hacia los grandes virtuosos que me mueve a recorrer el mundo para asistir a sus conciertos. Acabaron por dejarme tranquilo, aconsejándome en bien de mi salud que cambiara de diversiones; prometí hacerlo, y días después envié una nueva carta a mis clientes felicitándolos por su astucia y aconsejándoles el pago puntual de sus obligaciones. Ya por ese entonces había comprado una casa de campo en Andorra, y cuando un agente desconocido hizo volar mi departamento de París con una carga de plástico, lo celebré asistiendo a un brillante concierto de Isaac Stern en Bruselas -malogrado ligeramente hacia el final- y enviándole unas pocas líneas a la mañana siguiente. Como era previsible, Stern hizo circular mi carta entre el resto de la clientela, y me es grato reconocer que en el curso del último año casi todos ellos han cumplido como caballeros, incluso en lo que se refiere a la indemnización que exigí por daños de guerra.
... A pesar de las molestias que me ocasionan los recalcitrantes, debo admitir que soy feliz; incluso su rebeldía ocasional me permite ir conociendo el mundo, y siempre le estaré agradecido a Menuhin por un atardecer maravilloso en la bahía de Sydney. Creo que hasta mis fracasos me han ayudado a ser dichoso, pues si hubiera podido sumar entre mis clientes a los pianistas, que son legión, ya no habría tenido un minuto de descanso. Pero he dicho que fracasé con ellos y también con los directores de orquesta. Hace unas semanas, en mi finca de Andorra, me entretuve en hacer una serie de experimentos con el recuerdo de mi tía, y confirmé que su poder sólo se ejerce en aquellas cosas que guardan alguna analogía -por absurda que parezca- con los violines. Si pienso en mi tía mientras estoy mirando volar a una golondrina, es fatal que ésta gire en redondo, pierda por un instante el rumbo, y lo recobre después de un esfuerzo. También pensé en mi tía mientras un artista trazaba rápidamente un croquis en la plaza del pueblo, con los líricos vaivenes de la mano. La carbonilla se le hizo polvo entre los dedos, y me costó disimular la risa ante su cara estupefacta. Pero más allá de esas secretas afinidades... En fin, es así. Y nada que hacer con los pianos.
... Ventajas del narcisismo: acaban de anunciar que llegaremos dentro de un cuarto de hora, y al final resulta que lo he pasado muy bien escribiendo estas páginas que destruiré como siempre antes del aterrizaje. Lamento tener que mostrarme tan severo con Milstein, que es un artista admirable, pero esta vez se requiere un escarmiento que siembre el espanto entre la clientela. Siempre sospeché que Milstein me creía un estafador, y que mi poder no era para él otra cosa que el efímero resultado de la sugestión. Me consta que ha tratado de convencer a Grumiaux y a otros de que se rebelen abiertamente. En el fondo proceden como niños, y hay que tratarlos de la misma manera, pero esta vez la corrección será ejemplar. Estoy dispuesto a estropearle el concierto a Milstein desde el comienzo; los otros se enterarán con la mezcla de alegría y de horror propia de su gremio, y pondrán el violín en remojo por así decirlo.
... Ya estamos llegando, el avión inicia su descenso. Desde la cabina de comando debe ser impresionante ver cómo la tierra parece enderezarse amenazadoramente. Me imagino que a pesar de su experiencia, el piloto debe estar un poco crispado, con las manos aferradas al timón. Sí, era un sombrero rosa con volados, a mi tía le quedaba tan

(Julio Cortázar, 1955)

Manuscrito hallado junto a una mano (Parte 1)

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... Llegaré a Estambul a las ocho y media de la noche. El concierto de Nathan Milstein comienza a las nueve, pero no será necesario que asista a la primera parte; entraré al final del intervalo, después de darme un baño y comer un bocado en el Hilton. Para ir matando el tiempo me divierte recordar todo lo que hay detrás de este viaje, detrás de todos los viajes de los dos últimos años. No es la primera vez que pongo por escrito estos recuerdos, pero siempre tengo bien cuidado de romper los papeles al llegar a destino. Me complace releer una y otra vez mi maravillosa historia, aunque luego prefiera borrar sus huellas. Hoy el viaje me parece interminable, las revistas son aburridas, la hostess tiene cara de tonta, no se puede siquiera invitar a otro pasajero a jugar a las cartas. Escribamos, entonces, para aislarnos del rugido de las turbinas. Ahora que lo pienso, también me aburría mucho la noche en que se me ocurrió entrar al concierto de Ruggiero Ricci. Yo, que no puedo aguantar a Paganini. Pero me aburría tanto que entré y me senté en una localidad barata que sobraba por milagro, ya que la gente adora a Paganini y además hay que escuchar a Ricci cuando toca los Caprichos. Era un concierto excelente y me asombró la técnica de Ricci, su manera inconcebible de transformar el violín en una especie de pájaro de fuego, de cohete sideral, de kermesse enloquecida. Me acuerdo muy bien del momento: la gente se había quedado como paralizada con el remate esplendoroso de uno de los caprichos, y Ricci, casi sin solución de continuidad, atacaba el siguiente. Entonces yo pensé en mi tía, por una de esas absurdas distracciones que nos atacan en lo más hondo de la atención, y en ese mismo instante saltó la segunda cuerda del violín. Cosa muy desagradable, porque Ricci tuvo que saludar, salir del escenario y regresar con cara de pocos amigos, mientras en el público se perdía esa tensión que todo intérprete conjura y aprovecha. El pianista atacó su parte, y Ricci volvió a tocar el capricho. Pero a mí me había quedado una sensación confusa y obstinada a la vez, una especie de problema no resuelto, de elementos disociados que buscaban concatenarse. Distraído, incapaz de volver a entrar en la música, analicé lo sucedido hasta el momento en que había empezado a desasosegarme, y concluí que la culpa parecía ser de mi tía, de que yo hubiera pensado en mi tía en mitad de un capricho de Pagani. En ese mismo instante se cayó la tapa del piano, con un estruendo que provocó el horror de la sala y la total dislocación del concierto. Salí a la calle muy perturbado y me fui a tomar un café, pensando que no tenía suerte cuando se me ocurría divertirme un poco.
... Debo ser muy ingenuo, pero ahora sé que hasta la ingenuidad puede tener su recompensa. Consultando la cartelera averigüé que Ruggiero Ricci continuaba su tournée en Lyon. Haciendo un sacrificio me instalé en la segunda clase de un tren que olía a moho, no sin dar parte de enfermo en el instituto médico-legal donde trabajaba. En Lyon compré la localidad más barata del teatro, después de comer un mal bocado en la estación, y por las dudas, por Ricci sobre todo, no entré hasta el último momento, es decir hasta Paganini. Mis intenciones eran puramente científicas (¿pero es la verdad, no estaba ya trazado el plan en alguna parte?) y como no quería perjudicar al artista, esperé una breve pausa entre dos caprichos para pensar en mi tía. Casi sin creerlo vi que Ricci examinaba atentamente el arco del violín, se inclinaba con un ademán de excusa, y salía del escenario. Abandoné inmediatamente la sala, temeroso de que me resultara imposible dejar de acordarme otra vez de mi tía. Desde el hotel, esa misma noche, escribí el primero de los mensajes anónimos que algunos concertistas famosos dieron en llamar las cartas negras. Por supuesto Ricci no me contestó, pero mi carta preveía no sólo la carcajada burlona del destinatario sino su propio final en el cesto de los papeles. En el concierto siguiente -era en Grenoble- calculé exactamente el momento de entrar en la sala, y a mitad del segundo movimiento de una sonata de Schumann pensé en mi tía. Las luces de la sala se apagaron, hubo una confusión considerable y Ricci, un poco pálido, debió acordarse de cierto pasaje de mi carta antes de volver a tocar; no sé si la sonata valía la pena, porque yo iba ya camino del hotel.
... Su secretario me recibió dos días después, y como no desprecio a nadie acepté una pequeña demostración en privado, no sin dejar en claro que las condiciones especiales de la prueba podían influir en el resultado. Como Ricci se negaba a verme, cosa que no dejé de agradecerle, se convino en que permanecería en su habitación del hotel, y que yo me instalaría en la antecámara, junto al secretario. Disimulando la ansiedad de todo novicio, me senté en un sofá y escuché un rato. Después toqué el hombro del secretario y pensé en mi tía. En la estancia contigua se oyó una maldición en excelente norteamericano, y tuve el tiempo preciso de salir por una puerta antes de que una tromba humana entrara por la otra armada de un Stradivarius del que colgaba una cuerda.
... Quedamos en que serían mil dólares mensuales, que se depositarían en una discreta cuenta de banco que tenía la intención de abrir con el producto de la primera entrega. El secretario, que me llevó el dinero al hotel, no disimuló que haría todo lo posible por contrarrestar lo que calificó de odiosa maquinación. Opté por el silencio y por guardarme el dinero, y esperé la segunda entrega. Cuando pasaron dos meses sin que el banco me notificara del depósito, tomé el avión para Casablanca a pesar de que el viaje me costaba gran parte de la primera entrega. Creo que esa noche mi triunfo quedó definitivamente certificado, porque mi carta al secretario contenía las precisiones suficientes y nadie es tan tonto en este mundo. Pude volver a París y dedicarme concienzudamente a Isaac Stern, que iniciaba su tournée francesa. Al mes siguiente fui a Londres y tuve una entrevista con el empresario de Nathan Milstein y otra con el secretario de Arthur Grumiaux. El dinero me permitía perfeccionar mi técnica, y los aviones, esos violines del espacio,. me hacían ahorrar mucho tiempo; en menos de seis meses se sumaron a mi lista Zino Francescatti, Yehudi Menuhin, Ricardo Odnoposoff, Christian Ferras, Ivry Gitlis y Jascha Heifetz. Fracasé parcialmente con Leonid Kogan y con los dos Oistrakh, pues me demostraron que sólo estaban en condiciones de pagar en rublos, pero por las dudas quedamos en que me depositarían las cuotas en Moscú y me enviarían los debidos comprobantes. No pierdo la esperanza, si los negocios me lo permiten, de afincarme por un tiempo en la Unión Soviética y apreciar las bellezas de su música.

(Julio Cortázar, 1955)

jueves, 29 de septiembre de 2011

Jolstomer (fragmento)

Comprendí muy bien lo que decían acerca de los azotes y del cristianismo. Pero quedó completamente oscura para mí, por aquel entonces, la palabra "su", por la que pude deducir que la gente establecía un vínculo entre el jefe de las caballerizas y yo. Entonces no pude comprender de modo alguno en qué consistía aquel vínculo. Solo mucho después, cuando me separaron de los demás caballos, me expliqué lo que significaba aquello. En esa época, no era capaz de entender lo que significaba el que yo fuera propiedad de un hombre. Las palabras mi caballo, que se referían a mí, un caballo vivo, me resultaban tan extrañas como las palabras: mi tierra, mi aire, mi agua.
Sin embargo, ejercieron una enorme influencia sobre mí. Sin cesar, pensaba en ellas; y solo después de un largo trato con los seres humanos me expliqué, por fin, la significación que les atribuyen. Quieren decir lo siguiente: los hombres no gobiernan en la vida con hechos, sino con palabras. No les preocupa tanto la posibilidad de hacer o dejar de hacer algo, como la de hablar de distintos objetos, mediante palabras convencionales. Tales palabras, que consideran muy importantes, son, sobre todo: mío o mía; tuyo o tuya. Las aplican a toda clase de cosas y de seres. Incluso a la tierra, a sus semejantes y a los caballos.
Además, han convenido en que uno solo puede decir mío a una cosa determinada. Y aquel que puede aplicar el término mío a un número mayor de cosas, según el juego convenido, se considera la persona más feliz. No sé por qué las cosas son de este modo; pero me consta que son así. Durante mucho tiempo, traté de explicarme esto, suponiendo que redundaba en algún provecho directo; pero me resultó inexacto.
Muchas personas de las que me llamaban su caballo ni me montaban siquiera; y en cambio, lo hacían otros. No eran ellos los que me daban de comer, sino otros extraños. Tampoco eran ellos lo que me hacían bien, sino los cocheros, los herreros y, por lo general, personas ajenas. Posteriormente, cuando hube ensanchado el círculo de mis observaciones, me convencí de que no solo respecto de nosotros, los caballos, el concepto "mío" no tiene ningún otro fundamento que un bajo instinto animal, que los hombres llaman sentimiento o derecho de propiedad. El hombre dice: "mi casa"; pero nunca vive en ella. Tan solo se preocupa de construirla y mantenerla. el comerciante dice: "mi tienda", "mi pañería", por ejemplo; pero no utiliza la ropa del mejor paño que hay en ella. Hay gentes que llaman a la tierra , mi tierra", pero nunca la han visto y jamás la han recorrido. Hay hombres que llaman a algunas mujeres "mi mujer", "mi esposa" y, sin embargo, estas viven con otros hombres. Las gentes no buscan en la vida hacer lo que ellos consideran el bien, sino la manera de poder decir "mío" del mayor número posible de cosas. Ahora estoy persuadido de que en esto estriba la diferencia esencial entre nosotros y los hombres. Por tanto, sin hablar ya de otras prerrogativas nuestras, solo por este hecho podemos decir, con seguridad, que entre los seres vivos nos hallamos un escalón más alto que los hombres. La actividad de los hombres, al menos de los hombres con quienes tuve trato yo, se traduce en palabras, mientras que la nuestra se manifiesta en hechos.

Leon N. Tolstoi

martes, 27 de septiembre de 2011

Mi segunda muerte fue así (fragmento)

6.
Después me levanté y caminé. Sentía la arena en las plantas de los pies descalzos y las hojas de los árboles me tocaban la cara. Había salido del hospital hecho un trapo, pero había salido vivo, y se me importaba un carajo el temblor del mentón y la flojera de las piernas. Me pellizqué, me reí. No tenía dudas ni miedo. El planeta entero era mi tierra prometida.
Pensé que conocía unas cuantas historias buenas para contar a los demás, y descubrí, o confirmé, que escribir era lo mío. Muchas veces había llegado a convencerme de que ese oficio solitario no valía la pena si uno lo comparaba, pongamos por caso, con la militancia o la aventura. Había escrito y publicado mucho, pero me habían faltado huevos para llegar al fondo de mí y abrirme del todo y darme. Escribir era peligroso, como hacer el amor cuando se lo hace como debe ser.
Aquella noche me di cuenta de que yo era un cazador de palabras. Para eso había nacido. Esa iba a ser mi manera de estar con los demás después de muerto y así no se iban a morir del todo las personas y las cosas que yo había querido.
Para escribir tenía que mojarme la oreja. Yo sabía. Desafiarme, provocarme, decirme: "No podés, a qué no." Y también sabía que para que nacieran las palabras yo tenía que cerrar los ojos y pensar intensamente en una mujer.

Eduardo Galeano, en "Días y noches de amor y de guerra",1984.

12

Se miran, se presienten, se desean,
se acarician, se besan, se desnudan,
se respiran, se acuestan, se olfatean,
se penetran, se chupan, se demudan,
se adormecen, se despiertan, se iluminan,
se codician, se palpan, se fascinan,
se mastican, se gustan, se babean,
se confunden, se acoplan, se disgregan,
se aletargan, fallecen, se reintegran,
se distienden, se enarcan, se menean,
se retuercen, se estiran, se caldean,
se estrangulan, se aprietan, se estremecen,
se tantean, se juntan, desfallecen,
se repelen, se enervan, se apetecen,
se acometen, se enlazan, se entrechocan,
se agazapan, se apresan, se dislocan,
se perforan, se incrustan, se acribillan,
se remachan, se injertan, se atornillan,
se desmayan, reviven, resplandecen,
se contemplan, se inflaman, se enloquecen,
se derriten, se sueldan, se calcinan,
se desgarran, se muerden, se asesinan,
resucitan, se buscan, se refriegan,
se rehuyen, se evaden, y se entregan.

Oliverio Girondo.

sábado, 24 de septiembre de 2011

Libra

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... Jajajajaja, esto es de no creer: antes se esforzaron tanto para que volviera y ahora parece que se olvidaron de las condiciones establecidas. ¡Encima por lo que vino la llamada de atención, jajaja! No tienen cara, no... El jefe de redacción me pidió que cuide el lenguaje y las cosas de las que hablo, porque -y cito-: "ésta es una publicación seria, no podemos andar hablando de temas vulgares, de temas que pueden afectar la sensibilidad del lector...". ¿Afectar la sensibilidad del lector? ¿De qué carajo me estás hablando? ¡Si sos vos el que pide que, al menos dos veces por semana, haya culos en la tapa de tu "publicación seria"! ¡Y sos vos el que consigue esos culos, yendo de acá para allá a escondidas de tu mujer! ¿Sensibilidad del lector? ¿Y la del trabajador, que tenemos que soportar tu fanfarronería y mezquindad? ¿Vos, que te vas de vacaciones a Cancún y nosotros tenemos que tomar esta mierda de café que parece agua sucia porque "el presupuesto no da par mejores cosas de las que les doy"? pero mejor me dedico a lo mío. YO no quiero herir la sensibilidad del lector contando tus miserias, que si no me da más bronca y voy a terminar pronosticando puras desgracias a los librianos por tu culpa, pedazo de forro.
... ¡Y se va la novena!
... Recibe este nombre porque así es como se dice "balanza" en latín, y la experiencia cuenta que los nacidos bajo este signo son equilibrados por naturaleza. Siempre están buscando el punto medio en todo, felicidad, bienestar laboral y emocional, etc. Son personas centradas que rara vez pierden de vista sus objetivos, y casi nunca se desvían de su camino hasta que consiguen lo que quieren. Esto lo hacen sin perjudicar a los demás, ya que tienen en gran estima las necesidades de las personas que conforman su entorno.
... Leyendo un artículo por internet (en una prestigiosa enciclopedia virtual), me enteré de que, como éste es un signo de aire, se lo vincula con el compromiso. Tratando de armar una línea de razonamiento que explique esto, llegué a la conclusión de que esto es así porque cualquier compomiso que uno tome desaparece en el aire al poco tiempo, y andá a reclamarle a Magoya. Así que pensalo bien antes de aceptar el anillo y la propuesta de tu novio.
... OCUPACIONES Y NEGOCIOS: Punto de partida. Eso es lo que esperás de esta sección, que te resuelva tu situación de desempleado crónico hasta ahora. No seas tan cagón y andá a repartir currículums, ¿querés?, y no me rompas más los huevos.
... AMOR: Estabilidad. La pareja está en su mejor momento. Comparten muchas cosas, pasan bastante tiempo juntos e incluso con sus familiares se armó una gran amistad, algo poco usual hasta ahora en su vida. Le sugiero que le proponga matrimonio ya, antes de que ella se le escape con otro.
... SALUD: Gasta mucho dinero porque siempre está enfermo. Cualquier enfermedad que le mencionen ya la tuvo o la está teniendo. Déjese de joder y no somatice más.
... SORPRESA: Descubre que alguien arrojó a su jardín un piano vertical.
... METAL: Precioso, blanco grisáceo, inatacable por ácidos e inoxidable a cualquier temperatura, siete letras, vertical. Pista: con este metal está hecha la prótesis de su pierna.
... PIEDRA: Esmeralda.
... COLOR: Amarillo canario (con su pelo rojo fuego va a quedar muy linda, créame)